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lunes, 13 de enero de 2014

El cine español también cuenta

Las 10 mejores películas españolas de 2013 son:

LA HERIDA: La gran sorpresa del año es una ópera prima, una producción muy modesta pero hecha con mucha ilusión por todos los implicados que consiguió alzarse con dos premios en el Festival de San Sebastián. Quizás ni siquiera los implicados esperaban que tuvieran entre manos algo tan especial, pero lo cierto es que Fernando Franco con su metódica y minimalista dirección y Marián Álvarez con su contenida y al mismo tiempos descarnada interpretación, han conseguido sumergirnos en el dolor de un alma atormentada y configurar una película que sostiene de forma armoniosa el fondo y la forma. 


CANÍBAL: Otra película incómoda y de contenido escabroso mantenida con pulso firme por un director que sabe escarbar en las miserias y las contradicciones humanas como es Manuel Martín Cuenca y un actor, Antonio de la Torre en estado de gracia, en el papel más difícil del cine español reciente. Un ejercicio de abstracción formal sobrio, seco y muy perturbador que nos acerca al conflicto entre lo profano y lo sagrado, entre el bien y el mal, y que acerca la mirada hacia el monstruos depredador que todos llevamos dentro. 

VIVIR ES FÁCIL CON LOS OJOS CERRADOS: David Trueba conseguía enamorar a todos con sencillez y encanto natural gracias a esta historia de tres personajes en busca de sí mismos por las carreteras de una España todavía a medio hacer. La búsqueda de John Lennon es tan solo un mcguffin que nos ayuda a introducirnos en los sueños y esperanzas de unos seres que ansían su libertad. Una bonita metáfora de una sociedad que daba por entonces sus primeros pasos hacia su propia independencia. 

EL MUERTO ES SER FELIZ: En su tercer largometraje Javier Rebollo sigue explorando el medio cinematográfico y los géneros. En este caso se aleja del drama doméstico de sus dos anteriores obras para dar forma a una road-movie en la mejor tradición del género así como del western crepuscular, narrando el viaje quijotesco de un hombre que se dirige conscientemente hacia su ocaso o su final. Excelente José Sacristán y muy buena utilización de la voz en off para una película que es un auténtico juego referencial.

3 BODAS DE MÁS: Sin duda, la gran comedia del año, una película que demuestra el talento de Javier Ruiz Caldera detrás de la cámara y su indudable capacidad para convertir en especial todo lo que toca, para concatenar gags a un ritmo endemoniado y para crear momentos y personajes inolvidables. Inma Cuesta convierte a su Ruth en todo un icono generacional y con ella terminamos por entonar el Carrie de los Europe como si no hubieran pasado los años. 

GENTE EN SITIOS: La película más marciana del año y también la más valiente y abstracta. Una serie de postales de la vida ordinaria llenas de patetismo y miseria cotidiana con un punto de surrealismo y crítica social. Gente en sitios, gente desconectada entre sí, incapaz de comunicarse, de entenderse, de expresar sus sentimientos y sus miedos, y cuando lo hace, su frustración al saber que no se ha sido entendido. Un puñetazo en la frente a la industria cinematográfica de la crisis, con todo un elenco de actores del cine español más asentado demostrando su capacidad para reirse de sí mismos. Cavestany vuelve a confirmarse como uno de los más hábiles observadores de la realidad y el absurdo de la inmediatez, del ya y el ahora. 

EL FUTURO: Uno de los integrantes del siempre combativo en la resistencia colectivo "Los hijos", Luis López Carrasco, nos ha traído una de las obras más necesarias a la hora de establecer puentes entre el cine experimental y de vanguardia con la propia reflexión cinematográfica e incluso histórico-política de nuestro país. Una noche, una fiesta, una serie de personajes que bebe, fuma y se relaciona entre sí y música de los años ochenta. Se supone que es el inicio de una nueva época, que el futuro se abre ante estos jóvenes, aunque no sepan en realidad lo que les espera. Han quedado ahí, registrados y conservados como fósiles de una época que ha perdido para siempre su identidad. 

COSTA DA MORTE: Un paisaje en brumas y lleno de mitos. Una región con muchas historias que contar y la cámara del joven Lois Patiño dispuesta a registrarlas con una fuerza y a la vez una armonía y serenidad arrolladoras. Es quizás la película española que más premios internacionales lleva acumuladoa durante este año. Comenzó su andadura triunfando en el Festival de Locarno, junto a Historia de la meva mort, de Albert Serra, otro de los hits de este año y no ha habido quién la pare. Un documental hipnótico para dejarse cautivar y reflexionar en torno a la imagen y el espacio. 

MUNDO PEQUEÑO: El otro documental más premiado del año es el de Marcel Barrena, que toma el estilo del diario de viajes para contar la epopeya de su protagonista, el carismático Albert Casals por todo el mundo a pesar de sus dificultades motoras. Una historia de superación y esperanza que sitúa al ser humano frente a sus limitaciones que nos lleva por un recorrido por los confines del mundo para demostrar que no existen las fronteras. 

LA PLAGA: Es de esas películas sorpresa que, como tantas otras, podrían haber pasado desapercibidas si una concatenación de buena, y merecida, suerte no le hubiera caído encima.
Este muy personal y talentoso retrato de peculiares personajes del extrarradio de Barcelona (especialmente el de la fallecida María Ros) es calidoscopio en el que se logra leer el mensaje de que, seguramente, la mayoría de los espectadores tenemos más suerte de la que creemos tener.
En la senda de Nanuk el esquimal, resulta imposible definirla como documental o como ficción, ya que si bien hay un guión de escenas estipulado, los personajes y escenas son reales.

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